Nuestra historia

Detrás de la marca Delaviuda que hoy conocemos se esconde un origen humilde y familiar

Un hecho que marca nuestra forma de ver las cosas y que nos hace creer, aún más, que la elaboración artesanal de los productos nos une a nuestras raíces.

Corre el año 1927, cuando Manuel López y María Rojas abren una pequeña confitería en la provincia de Toledo

D. Manuel, que había aprendido el oficio desde muy pequeño, seguía así una tradición familiar.

La confitería se gana poco a poco la confianza de sus clientes. Pero, como en la vida, las dificultades aparecen cuando menos se esperan, y en 1939 D. Manuel fallece.

Dª María, viuda y con dos hijos, da continuidad al negocio familiar. Con su esfuerzo y tesón no sólo consigue sacar adelante la confitería, sino que la hace cada vez más popular.

 

Cada vez más clientes aprecian su saber hacer

Y son precisamente éstos, los que poco a poco van creando la marca cada vez que van a buscar los dulces “de la Viuda”.

Hoy, siguiendo la tradición familiar y el respeto por la elaboración artesanal, La Confitería Delaviuda ofrece la más completa gama de dulces, productos con los que viajar en el tiempo, y saborear la magia de las recetas de La Confitería.